CARRIL DE BOLOS EL MOLINERO
Las características del deporte
de los bolos huertanos, se definen por ser de creación de personas que vivieron
y viven en la geografía de la Huerta de Murcia, es decir, lo que podemos
entender como un deporte propio y autóctono de la tierra.
Los campos de juego, deberán ser duros, de
tierra apisonada, completamente planos, sin clase alguna de hierba, cerrados
por una valla construida de cañas, madera u obra, en sentido vertical por lo
menos los laterales.
La longitud máxima de un terreno
será de 38 metros de largo y 5 metros de ancho; y 34 metros de mínima con 4
metros de ancho.
La chamba, consiste en una línea
que se señala de uno a otro lado de la anchura del campo, para que tengan que
pasar de la misma las bolas que se tiren, dicha línea se marcará con yeso. Las
bolas lanzadas por los jugadores en competición, pasaran la chamba por encima
de la bardiza o pared sin salirse del terreno de juego se considerarán válidas.
Se entiende que las bolas tendrán que cruzar la chamba completas.
Cada vez que se disputa una
partida, el encargado del equipo local riega, vierte arena, limpia, ordena y
pinta el campo de forma simétrica y según las reglas de la federación de bolos.
El número de jugadores que forman parte de un
equipo en competición oficial es de tres, pudiendo ser cualquiera de ellos
sustituidos en el transcurso del partido por un máximo de dos reservas.
Dentro del terreno de juego,
solamente estarán los 3 jugadores de cada equipo, los 2 empinadores (uno de
cada equipo), los 2 delegados, el delegado de campo de casa y el árbitro
designado.
El partido se iniciará con el
sorteo para ver a quien le corresponde poner los bolos cuando el MANILLA que le
corresponda EMPINE los bolos y el equipo contrario señale el MANDE (es el hecho
por el cual el primero que tira la bola, fija la distancia a la que tienen que
tirar los demás.
Cuando el número de bolos
derribado por el primer equipo es reducido o nulo, el MANILLA dirá la palabra
BIRLA, que quiere decir, que después de tirar la primera bola debe tirarse una segunda
bola por todos los jugadores, y la suma de ambas determinará el que gana la
MANO. En la segunda bola se dará opción a tirarla en distinto MANDE.
Durante una partida en la liga
regular los equipos pueden disponer de varias formas a la hora de poner los
bolos sobre el terreno de juego tales como, a la pared, al cuadro y a vueltas
(derecho o revés) con un mínimo de 6 bolos o 9.
Los bolos construidos en madera
tendrán una altura de 68 a 75 centímetros, con un diámetro de base de 6 a 8
centímetros y un diámetro de cúspide de 3 centímetros.
Las bolas de madera deben de ser
duras, normalmente de jinjolero, con un diámetro de 10 a 12 centímetros y de
725 gramos a 1050 gramos.
CARRIL DE BOLOS NOGUERA
Durante los meses de febrero a
junio, se disputa la liga regular. Tiempo este en el que los equipos federados
y con ficha deportiva, disputan por conseguir el mejor lugar de la tabla. En La
Albatalía existen activos cuatro carriles de bolos: El Molinero, El Pencho,
Noguera y Salamanca.
CARRIL DE BOLOS PENCHO
Las primeras noticias, que hasta
el momento se conocen sobre el mundo de los bolos, aparecen en un acta de
sesión celebrada por el Ayuntamiento de Murcia en el siglo XVI, donde se
anunciaba que se jugaba a los bolos en Murcia ciudad bajo penas severísimas.
Tiempo después los documentos
históricos se detienen en el siglo XVIII anunciando la presencia de este juego
en las Cofradías de Animas, asociaciones religiosas distribuidas a lo largo de
la huerta, encargadas de obtener a través del juego de los bolos importantes
beneficios para sus arcas.
En el siglo XIX y principios del
XX, a la salida de cada uno de los caminos de la huerta, había generalmente un
trozo de terreno llamado carril dedicado solamente a este juego, por lo común
cerca de un ventorrillo, donde con frecuencia jugadores y espectadores tomaban
un vino, para seguir la faena o para celebrar los éxitos de la partida.
CARRIL DE BOLOS SALAMANCA
Los bolos huertanos son un juego
popular, sometido desde hace más de 60 años a unas reglas determinadas,
practicado en su totalidad por hombres y efectuado al aire libre, en unas
pistas de tierra, denominadas carriles.
El juego de los bolos huertanos,
se caracteriza por ser un juego de precisión, habilidad, movimiento y fuerza,
el cual se “sacuden” todos los músculos del cuerpo, practicado en su mayoría
por los pobladores de la huerta de Murcia.
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